¿Por Qué Mi Perro… Llora?
Published on July 06, 2014
No existe una traducción exacta en lenguaje canino para el tipo de llanto que nosotros los humanos tenemos. Los perros no secretan calientes lágrimas saladas, cuando están tristes, ni tampoco se lamentan o sollozan como las personas. Razón por la cual interpretar el llanto de un perro puede ser difícil. Cuando estamos hablando de un quejido o gemido, el “llorar” canino puede significar una de un millón de cosas. Al igual que con los ladridos, los perros que lloriquean o se quejan están tratando de comunicar. Excitación, ansiedad, frustración, dolor, búsqueda de atención, y solicitud de recursos, todas son razones comunes por las que un perro gime a su gente. Por lo general, estos sonidos están dirigidos a transmitir el deseo de comida, agua, una llamada al baño, un juguete, atención, etc. Esto es similar a cómo los cachorros interactúan con sus madres, por “pedir” algo con un quejido o gemido lastimero. Así que no es de extrañar que los perros adultos repitan este mismo impulso vocal cuando se comunican con su gente. Para estar seguro, lloriquear y quejarse es instintivo. Pero también es aprendido. Después de todo, no toma mucho tiempo para que los perros entiendan que hay una conexión directa entre soltar un pequeño gemido y conseguir lo que quieren. Y así es como el “llorar” canino puede convertirse en un problema de conducta. Así como los perros que ladran mucho pueden volver locos a sus propietarios para hacerlo constantemente en busca de atención o cualquier otra cosa que pueda ser que quieran, perros llorones pueden estresar a un hogar con su lamento lastimero. Así también los perros viejos que muestran su comportamiento de llorar como parte de su declive cognitivo relacionado con la edad. Demencia, desorientación y la ansiedad que pueden conducir a la ocasión lloriqueando y quejándose e incluso aullando – especialmente por la noche. La ansiedad por separación es otra condición grave que puede conducir al llorar crónico. Estos perros a veces se pasan toda su día ladrando y / o gimiendo. Afortunadamente, hay ayuda. Primero, consulte con su veterinario para descartar problemas médicos (como el dolor o el deterioro cognitivo). Si el problema es de probable comportamiento, un entrenador certificado bien recomendado o veterinario conductista es una opción ideal para aquellos que buscan poner fin a la conducta de llanto excesivo. Y, como siempre, su veterinario debe ser informado de los problemas de comportamiento de su perro. Una nota adicional vale mencionarse: La mayoría de los perros tienden a no quejarse cuando están sufriendo el dolor crónico. Así que un perro puede llorar cuando es pisado por accidente o lloriquear después de una cirugía, los perros que sufren de dolor constante (al igual que con el dolor dental o el dolor ortopédico de la osteoartritis) rara vez muestran su malestar vocalmente. Aunque contrario a la intuición del ser humano, es un punto importante de tener en cuenta para los propietarios de perros.