• Todos los perros y los gatos tienen dos glándulas anales ubicados al lado de su ano. Estas glándulas se llaman a menudo sacos anales.
  • La mayoría de los animales expresan sus sacos anales cuando defecan.
  • Algunos animales experimentan una acumulación de líquido en los sacos anales, que puede dar lugar a molestias y picazón.
  • Los sacos anales se pueden infectar o abscesar (inflamarse y llenarse de pus), lo que puede requerir tratamiento médico o quirúrgico.

¿Qué son las glándulas o sacos anales?

Los sacos anales son un conjunto de glándulas que se encuentran justo debajo de la piel cerca del ano de su mascota. Las dos glándulas son localizadas en posición 4:00 y 8:00 en un reloj en relación al ano. Los sacos anales se llenan de un líquido maloliente que normalmente se expresa a través de un pequeño conducto cuando los animales defecan. Los animales pueden usar sus glándulas anales para marcar su territorio o repeler a sus agresores, aunque un perro nervioso o un gato pueden expresar accidentalmente estas glándulas cuando se asustan.

Si un animal no puede vaciar sus sacos anales durante la defecación, el saco se llena de fluido hinchándose gradualmente. Esto se conoce como saco anal impactado, que puede llegar a ser doloroso e irritante para el animal. Algunas mascotas se arrastran o frotan su parte trasera para tratar de aliviar el dolor y vaciar las glándulas. Las mascotas también pueden lamerse el área para aliviar el malestar.

Si los sacos anales afectadas no se vacían, ellos siguen hinchándose con el líquido lo que desencadena en inflamación. Con el tiempo, el área se infecta, y se puede formar un absceso (inflamación llena de pus). En algunos casos, el absceso puede romperse a través de la piel. Esta condición puede ser muy dolorosa para la mascota y requiere tratamiento médico inmediato. En algunos casos, sobre todo si el problema se repite varias veces en el mismo animal, se puede recomendar un tratamiento quirúrgico.

Los sacos anales también pueden desarrollar tumores que pueden ser malignos (cancerosos), lo que significa que el cáncer puede diseminarse a otras áreas del cuerpo.

Signos de la enfermedad

  • Arrastrar la parte trasera
  • Lamer, masticar o “perseguir ” la zona anal
  • Mal olor alrededor de la zona anal
  • Hinchazón o sangrado alrededor del ano
  • Esfuerzo para defecar
  • Dolor durante la defecación

Diagnóstico

Su médico veterinario puede diagnosticar muchos problemas de la glándula anal mediante el examen de la zona y la palpación de las glándulas. Para las mascotas que se encuentran sufriendo de gran dolor, la sedación puede ser recomendada para que se pueda realizar un examen más completo. Durante el examen, su médico veterinario buscará por enrojecimiento, signos de dolor, hinchazón, o la presencia de pus, lo que indica infección. Si un engrosamiento, masa o un tumor está presente, su médico veterinario puede recomendar una biopsia (la recogida y examen de una pequeña muestra de tejido) para ayudar a determinar si el tejido es canceroso.

Tratamiento

Expresar los sacos anales describe la extracción manual de líquido que se ha acumulado en las glándulas anales. Esto se puede realizar en el hospital veterinario o incluso en casa por el propietario de la mascota después de recibir instrucciones. Algunos peluqueros expresan habitualmente los sacos anales antes de bañar a las mascotas. Si una mascota está teniendo algún tipo de problema con los sacos anales, lo mejor es dejar que un médico veterinario examine a la mascota y exprese los sacos anales en caso de que lo considere necesario.

Guantes de exploración se deben utilizar cuando se trata de expresar los sacos anales. La técnica implica la colocación de una toalla de papel sobre la zona anal e ir apretando suavemente con el pulgar y el dedo índice para extraer el líquido. Se debe tener cuidado para evitar romper el saco o dañar el recto de la mascota o el ano. Si no está seguro de si es necesario o cómo expresar los sacos anales de su mascota, solicite a su médico veterinario para realizar este procedimiento en su mascota.

Si las glándulas anales están infectadas o abscesadas, su médico veterinario vaciara las glándulas para extraer el líquido. Su médico veterinario también puede enjuagar los sacos con una solución antiséptica e insertar un ungüento para aliviar el dolor y la inflamación. También podrá prescribir antibióticos, medicamentos para el dolor y medicamentos para aliviar la inflamación.

La extirpación quirúrgica de las glándulas anales se puede recomendar para los animales que han tenido problemas repetidos o infecciones de las glándulas anales. Su médico veterinario le conversara acerca de los beneficios y riesgos de este procedimiento y si este puede ser una buena opción para su mascota.

Prevención

La mejor manera de evitar problemas de los sacos anales es expresarlos con frecuencia si estos no se vacían por su cuenta. Esto ayuda a prevenir a que los sacos se llenen de fluido. Algunos expertos recomiendan la adición de fibra a la dieta de la mascota, lo que ayudaría naturalmente a expresar fluido de los sacos anales.

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